En sólo tres años, VoX LoW se ha convertido en uno de los nombres más interesantes dentro de la escena electrónica europea. Un crecimiento vertiginoso, cimentado sobre media docena de maxis hipnóticos y oscuros, y un álbum que les ha abierto la puerta hacia públicos más cercanos al pop. El día 11 de mayo estarán actuando en el Ombra Festival; una buena excusa para mantener una charla con Jean Christophe Couderc, uno de los integrantes de este dúo maravilla.

 

La última vez que os entrevistamos en OCIMAG fue a principios de 2016, cuando acababais de publicar vuestro segundo EP y vuestra carrera estaba comenzando. Desde entonces habéis publicado varios EPs más y un álbum, y habéis tocado mucho en directo. ¿Cómo ha afectado todo esto a vuestra vida? No demasiado. Por supuesto, tenemos casi todos los fines de semana ocupados, y eso nos obliga a hacer equilibrismos con el trabajo y los hijos, pero aparte de eso todo sigue igual.

Vuestra primera canción, Something is wrong, tuvo mucho éxito entre los DJs y sonó bastante en los clubes de toda Europa. ¿Cómo ayudó esta exposición a promocionar vuestra carrera? Sigue siendo nuestro tema más popular, aunque Now we’re ready to spend está alcanzando unas cotas parecidas entre nuestros seguidores. Así que todavía la tocamos al final de nuestros conciertos, siempre en versiones diferentes, en función de cómo haya ido la noche: a veces es más electro, a veces más psicodélica, y siempre nos lo pasamos muy bien con ella.

El sonido de vuestros EPs es claramente electrónico, pero el álbum tiene un aire cercano al rock y una instrumentación más compleja. ¿Es una consecuencia de haber tocado mucho en directo en estos dos años, o es una manera de abriros hacia un público más indieCuando decidimos publicar el disco con un sello como Born Bad Records asumimos una cierta orientación de estilo, porque después de todo se trata de un sello de rock. Por otro lado, aunque podríamos haber grabado cuatro temas de diez minutos, como en los EPs, nos parecía más interesante realizar el ejercicio de escribir canciones en un formato pop. Hacer siempre las mismas cosas puede resultar aburrido, y la manera de combatir ese aburrimiento pasa por asumir riesgos y no repetir las fórmulas que ya conocemos. En cuanto al hecho de haber tocado mucho, no creo que tenga demasiada importancia: no queremos sentirnos encorsetados sólo por pensar que tenemos que adaptar nuestras canciones para el directo.

¿Entonces, esta orientación pop es solamente circunstancial? Ahora mismo estamos trabajando en los próximos EPs, y queremos mantener un pie dentro del dominio electrónico y el mundo de los clubes. Así que en el futuro seguirás teniendo tu ración de temas largos y triposos.

El disco contiene nuevas versiones de temas que ya habían aparecido en los EPs, como Something is wrog, Some word of faith o Trapped on the moon. ¿Significa esto que el álbum está pensado como el final de un capítulo en la carrera de VoX LoW, una especie de resumen de estos tres años? De algún modo es el fin de un ciclo, sí. Pero también es cosa de JB, el dueño de Born Bad Records, que nos convenció de que esas tres canciones eran importantes y que habría gente que las descubriría a través del álbum. Así que decidimos trabajar en nuevas versiones, más cortas, que encajaran en el concepto de un disco de cuarenta minutos.

¿Os gusta que las canciones vayan evolucionando? ¿Soléis hacer versiones distintas cuando tocáis en sitios especiales? Siempre hay una estructura fija, pero nos gusta dejar espacios para la improvisación. Así que, en función de cómo nos sintamos, del tipo de espacio en el que estemos (no es lo mismo un festival de rock que un club electrónico) y de la hora del día en la que toquemos (porque el público no es el mismo a las nueve de la noche que a la una de la madrugada), las canciones suenan de manera diferente.

La última vez que hablamos decíais que un álbum debe tener un sentido global y una construcción cuidadosa. ¿Cuál es esa idea global, ese concepto que podría describir el contenido de este álbum? La verdad es que no existe un concepto o idea general, pero por supuesto puedes notar los sentimientos oscuros que sobrevuelan el álbum. También es un disco bailable, incluso podríamos definirlo como “groovy”… La intención, en realidad, era conseguir que todas las canciones funcionaran como una unidad, pero sin repetir esquemas ni formas, algo que es un auténtico desafío. Por eso, algunas de las canciones, como “We can be blamed” o “What if the symbols fall down?” pueden parecer poco relevantes en una primera escucha.

¿Cómo fue la producción del disco? Lo grabamos casi todo en casa de Benoit, como siempre hemos hecho, pero esta vez la mezcla y algunas grabaciones adicionales se hicieron en el Sheleter Studio de París, el estudio de unos amigos que han trabajado con gente como Acid Arab o Scratch Massive. Mathieu y Guillaume, que nos acompañan en directo, grabaron algunas baterías y guitarras. También regrabamos algunas voces y añadimos teclados, aprovechando la increíble colección de sintetizadores que tienen allí. Y al final hicimos la mezcla todos juntos; fue la parte más larga de todo el proceso, pero estamos muy satisfechos con ella.

Me interesan mucho vuestras letras. La mayoría son exhortaciones breves, que funcionan casi como letanías. ¿Están pensadas para aumentar el efecto hipnótico de la música? También me gusta que en muchas sale a relucir un ácido sentido del humor. Nunca he sido un buen cantante, así que la idea desde el principio era esa, utilizar la voz como un instrumento más, que añadiera tensión a las canciones. En cuanto a la inspiración, me alegra comprobar que has entendido nuestro sentido del humor: como la música es oscura y al mismo tiempo bailable, intentamos que las letras siguieran un camino parecido… digamos que son irónicas y un poco cínicas, reflexiones acerca de la época que nos ha tocado vivir, la manera en la que nos comportamos y cómo consumimos. Something is wrong es una auténtica broma, porque es cierto que tuvimos problemas técnicos mientras la grabamos.

Vuestras canciones han sido remezcladas por artistas como Boot & Tax, Ivan Smagghe o Javi Redondo. ¿Qué os parecen los resultados? Somos afortunados por haber trabajado con gente tan brillante. Muchas veces las remezclas no aportan gran cosa, pero en estos casos puedes notar que había mucha inspiración, y posiblemente tenga que ver que nosotros también disfrutamos con la música que hacen ellos. Ivan fue el primero, y su espléndida remezcla de “I wanna see the light” ayudó mucho a dar visibilidad al proyecto en los primeros tiempos. Luego Jennifer Cardini nos preguntó a quiénes queríamos para las remezclas de “Something is wrong”, y el nombre de Javi surgió de inmediato, porque fue de los primeros en pincharnos, cuando casi nadie sabía que existíamos.

También me gustan las remezclas que habéis hecho vosotros para gente como Andrew Weatherall o The Rattler Proxy. ¿Cuáles son los elementos que os interesan a la hora de enfrentaros a un encargo así? No tenemos una manera específica de trabajar, pero siempre nos interesan más las canciones con letras poderosas. Intentamos no aceptar demasiadas remezclas para no saturarnos con trabajo que no podemos atender bien, pero en casos como el de Andrew Weatherall es imposible decir que no. Ahora mismo estamos trabajando en remezclas para Mugwump, Headman y Ruba Kpo, que son amigos cercanos. También estamos preparando un nuevo maxi, con remezclas de “Now we’re ready to spend” hechas por Marvin & Guy y Holographic Planes, que saldrá en el sello Rotten.

Habéis publicado también un tema, “Galactic pot healer”, en la última recopilación de Oraculo Records. Se trata de una de las primeras que grabamos como VoX LoW, incluso estaba en nuestro Soundcloud, en versión maqueta. En el año 2015 Fernando, de Play Pal Music, nos la pidió para una recopilación, y grabamos una versión definitiva. Y ahora sale en Oraculo en formato vinilo, que es algo que siempre nos hace felices. Es una canción instrumental, muy cinemática, un homenaje a Philipp K. Dick, que es uno de nuestros escritores favoritos y un maestro de la distopía.

En el Ombra Festival tocaréis en formato banda, pero he leído que en vuestros DJ sets también lleváis instrumentos. ¿Cuál es entonces la diferencia? Con el formato banda somos cuatro músicos en el escenario y también nuestro ingeniero de sonido, Aurélien, que es el quinto miembro de la banda. En el DJ set yo voy a los platos y Benoit toca un bajo en directo. Por supuesto, el resultado es mucho más electrónico.

soundcloud.com/voxlow

Entrevista: Vidal Romero
Foto: Marion Barat

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