Espai Tactel

Ismael Chappaz y Juanma Menero, los artífices de Espai Tactel, reabren su proyecto expositivo en Valencia. Tras cerrar su icónico espacio en el barrio de Ruzafa, vuelven a la ciudad con un cambio de modelo de galería que se sitúa en el piso en el número 35 de la calle Caballeros, más orientado a un público profesional y buen conocedor de la escena artística contemporánea. Regresan con la experiencia que les ha aportado haber consolidado su presencia en la sección general de Arco y la apertura de su subsede barcelonesa de la mano de estudio Toormix y Patricia Carrasco. La muestra que inauguró esta nueva etapa, fue una colectiva comisariada por Eduardo García Nieto titulada Les Enfants Terribles, que evidenció la obra de Jean Cocteau como punto de partida. Y la segunda muestra -finalizada recientemente- ha sido Concrete Effect del artista Carlos Sáez. 

 

¿En qué se diferencia el primer espacio que abristeis en Valencia de este nuevo?

Decidimos crear un nuevo espacio enfocado al público especializado: no es solo una cuestión de cambio de aires, sino que va ligado a una evolución de nuestro modelo de galería. Es cierto que nos alejamos de la calle, aunque la gente que de verdad esté interesada nos encontrará, la idea inicial era cambiar a un espacio más grande y también que nos permitiese dar a nuestros clientes una experiencia más adecuada. En nuestro nuevo emplazamiento estamos más contextualizados. Este movimiento dentro de la ciudad nos acerca a espacios como el propio Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) o a galerías como Rosa Santos, Espaivisor, Set Espaid’Art o Misterpink, aunque poco más alejada queda Luis Adelantado. Nos proporciona un ‘contexto cultural’ en el que nos sentimos arropados.

El hito que marcó su trayectoria

¿Habéis evolucionado de una forma controlada o lo que sois ahora es fruto de un proceso de adaptación?

Es un poco todo y nada a la vez. En un periodo relativamente corto nos hemos situado como una de las pocas galerías ‘marca València’ con presencia en ARCO, un hito que marcó un punto de inflexión en nuestra trayectoria. Seguimos siendo una galería joven, pero la etiqueta de proyecto ‘emergente’ ya nos pesa. No existe ningún manual de supervivencia, nadie nace aprendido. Las galerías son proyectos muy personales. Los tiempos en esto del mundo del arte son bastante raros, a veces tenemos la impresión que todo avanza muy lento y, por el contrario, otras veces nos inunda una sensación de vértigo demasiado grande debido a lo rápido que va todo. Lo único que sabemos es que necesitamos mostrar lo que nos gusta y por lo que creemos que la gente tiene que apostar.

Una gran lucha por salvar obstáculos inherentes

¿Cuáles han sido los mayores aciertos y errores que os han llevado a ser lo que sois hoy?

No sabemos lo que es vender arte en tiempos de bonanza. Cuando abrimos Espai Tactel en el barrio de Ruzafa hace casi ocho años (abrimos en 2011 pero no fue hasta 2013 cuando nos convertimos en galería de arte contemporáneo), los fuegos artificiales de la burbuja inmobiliaria habían cesado. Nos tocó atravesar el erial de la crisis, y sobrevivimos. Sin embargo la postcrisis se ha caracterizado por una escrupulosidad extrema, que roza la ridiculez, sobre todo por parte de las instituciones. Posiblemente nuestra tenacidad y constancia, y nuestra capacidad para generar una línea acorde con las corrientes artísticas que se imponen en los circuitos comerciales más contemporáneos, nos han permitido salvar los obstáculos inherentes a nuestra situación geográfica periférica.

La escena artística real

¿Cómo ha sido la inserción de Espai Tactel en la escena barcelonesa?

Hay una relación cultural obvia entre Valencia y Barcelona. Siempre debería haber sido más fuerte. Estamos totalmente en Europa, donde se celebran algunas de las ferias más interesantes, y Barcelona es la puerta. Ojalá Valencia lo fuese, pero no lo es. Los coleccionistas en Barcelona valoran mucho que se trabaje en su contexto, ver qué aportan otros artistas a él. Hay una idea de escena artística, es real. Ya formamos parte de la asociación de galerías de la Comunitat Valenciana, de Barcelona y del Consorcio de Galerías, la entidad de ámbito nacional. Y es que la cocción de este proyecto no ha sido exprés, sino que lleva ocho años en el horno. Hace casi una década que una conferencia del Estudio Toormix en Valencia conectó a unos y otros, con una cena en el restaurante Bouet que selló el pacto.

Nuevos retos e inspiración

¿En qué aspectos os ha enriquecido la simbiosis con Toormix en Barcelona?

El proyecto expositivo se ubica en el taller de Estudio Toormix, un estudio de diseño especializado en branding y comunicación de Ferran Mitjans y Oriol Armengou nacido en el año 2000. Además de nuestra nueva pieza en el tablero: Patricia Carrasco. Vinculada a proyectos galerísticos y culturales desde 2015 como Ana Mas Projects, Mas ART Galería, Halfhouse, Galería Encantada o el festival DOCfield, Carrasco es la directora del proyecto en Cataluña.

La relación se plantea con una clara vocación para encontrar nuevos caminos para la reflexión y a su vez potenciar la búsqueda de nuevos retos e inspiración. Además de la programación desarrollada por la galería a través de exposiciones, el espacio abarca propuestas realizadas en colaboración con Toormix, así como debates centrados en la reflexión acerca del discurso artístico, la mezcla de disciplinas, el proceso de trabajo, la experimentación y con un papel relevante en el diseño.

Espai Tactel en ARCO

En ARCO Espai Tactel ha pasado a la sección general. ¿Qué supone para vosotros?

La sección Opening busca directamente a sus participantes sin necesidad de que lo soliciten, pues la composición final corre a cargo de dos comisarios. Es una sección dentro de la feria ARCO para espacios con una trayectoria de menos de siete años. Estuvimos en 2017 y 2018, y en 2019 entramos en el programa general. Ha sido un gran paso, pero no el definitivo. Nuestro último stand gustó bastante, nos dijeron que era equilibrado y maduro, que habíamos optado por un diálogo soterrado, muy complementario, poniendo en relación el trabajo audiovisual de artistas como Fito Conesa, los discursos poscoloniales desde ópticas más cercanas a la estética pos Internet como son las obras de Christto & Andrew o la abstracción imaginativa y poética de los lienzos de Vicky Uslé.

Un mundo infoxicado

¿Cómo os definiríais vosotros y vuestro cometido en este punto profesional?

Somos unos currantes que invertimos nuestro patrimonio, y apostamos por los artistas que nos interesan. Estamos creciendo, y para crecer hay que arriesgarse.

¿Son buenos tiempos para el diseño y para el arte?

El creativo, ya sea en diseño, arte, arquitectura, gastronomía… tiene la obligación de estar continuamente investigando nuevos caminos. Vivimos en un momento en que ya pasamos el posmodernismo, así que es inevitable que todo tenga reminiscencia a algo. Vivimos en un mundo ‘infoxicado’. Ya no nos informamos, nos ‘infoxicamos’ de información. Creo que el creativo nace, no se hace. Suena horrible, pero para mí o lo tienes o no lo tienes. Aunque estudies bellas artes o diseño, debes ser una persona curiosa, y no limitarte a aceptar lo establecido. El creativo tiene algo innato que no le permite dejar de consumir e indagar.

¿Cuál es el límite entre diseño y arte en nuestros días para Espai Tactel?

No tiene límites, pero el creativo sí que se los tiene que poner para no llegar a la ridiculez o la pedantería más absoluta. Los límites son barreras autoimpuestas e innecesarias que genera la sociedad de consumo, el miedo a la innovación y a los discursos más activistas y políticos.

Una demostración de fuerza

Les Enfants Terribles, ¿qué se puede leer entre líneas de que sea precisamente esta exposición, con esta temática, la primera de vuestro nuevo espacio?

A largo plazo nos enfocaremos en las exposiciones individuales. Para esta ‘reapertura’ hemos apostado por hacer una ‘demostración de fuerza’ con una colectiva que muestre nuestra nómina de artistas: Aggtelek, Raphaël Barontini, Christto & Andrew, Fito Conesa y Siddharth Gautam Singh, Antonio Fernández Alvira, Natacha Lesueur, Amanda Moreno, Miguel Rael, Michael Roy, Carlos Sáez, Luis Úrculo, Momu & No Es y Vicky Uslé. Todos bajo la batuta del comisario Eduardo García Nieto, encargado de dar forma a Les Enfants Terribles, un proyecto expositivo que parte de la obra de Jean Cocteau. A partir del libro se genera una narración poco explícita con un claro vínculo entre artistaCocteau, una relación que se hace extensiva al propio proyecto de la galería, a partir de esa idea de ‘estar en el juego’ y no de jugarlo que plantea el libro, que se conecta con una galería que no juega, sino que está en el juego.

¿Una banda sonora para Espai Tactel?

Spicy, de Diplo con Charli XCX; SlapMyButt, de Kiddy Smile; Ever Again, de Robyn; Gladhe’s gone, de Tove Lo; Icy, de Kim Petras; Who, de Modeselektor con Tommy Cash; Aute Couture, de Rosalía; Mirage sur le Nil, de Bon Voyage Organisation o Trésor, de Flavien Berger, las dos últimas versión de Paradis.

Les Enfants Terribles comisariada por Eduardo Nieto
«Les Enfants Terribles» en en Espai Tactel de Valencia. Comisariada por Eduardo Nieto.
Obra de Natacha Lesueur en la muestra colectiva Les Enfants Terribles comisariada por Eduardo Nieto
Obra de Natacha Lesueur en la muestra colectiva Les Enfants Terribles comisariada por Eduardo Nieto.
Obra de Raphael Barontini en la muestra colectiva Les Enfants Terribles comisariada por Eduardo Nieto
Obra de Raphael Barontini en la muestra «Les Enfants Terribles» de Espai Tactel Valencia. Comisariada por Eduardo Nieto.
Vista de la muestra de Carlos Sáez en Espai Tactel Valencia.
«Cocrete Effect» de Carlos Sáez en Espai Tactel Valencia.
Espai Tactel
«Cocrete Effect» de Carlos Sáez en Espai Tactel Valencia.
Vista de la muestra colectiva "Secret Diaries" en Espai Tactel Toormix.
Vista de la muestra colectiva «Secret Diaries» en Espai Tactel Toormix.
Raphael Barontini en Espai Tactel Toormix
Obra de Raphael Barontini en la muestra «Galaxy Express» de Espai Tactel Toormix.
Galeria Barcelona
Espai Tactel Toormix

espaitactel.com
espaitacteltoormix.com

Entrevista: Agustín Velasco
Foto: Nacho Lopez Ortiz

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