Najwa Nimri

Desde un discurso progresista y arriesgado, Najwa Nimri nos sorprende con su primer álbum en solitario en seis años.

«Viene de largo» es un fascinante ejercicio de adaptación al lenguaje y a las formas musicales de los nuevos tiempos, en el cual tampoco ha dejado de buscarse a sí misma.

Por ello mismo precisamente, remando siempre a favor de lo que sucede, Najwa Nimri sigue logrando lo que más valora ahora mismo en su carrera musical: que le siga perteneciendo plenamente.

Hablamos con ella sobre su nuevo trabajo, y cómo no, sobre su reciente éxito televisivo.

 

Najwa Nimri presenta su nuevo álbum «Viene de largo»

‘Viene de largo’ ha tardado seis años en llegar. ¿Cuál ha sido el trayecto que han hecho sus canciones?

Al principio tenía como siete páginas escritas por cada canción y las empecé a hacer en techno, haciendo spoken word por encima. Mientras tanto le iba pasando las letras y todo lo que tenía en mente a Kase-O, a La Mala y a un grupo de gente que escribe mucha lírica y me merece respeto, y me iban dando el visto bueno.

Pero empecé haciéndolas en techno porque lo que más controlo es la electrónica más dura. Luego le di un toque un poco más como en ‘Donde rugen los volcanes’ pero menos colorista; y de ahí, hasta llegar a la síntesis, pasó por El Guincho, Carlos Jean y por todo tipo de productores hasta que llegó a Josh Tampico.

Hice migas con él, y después de la punta de lanza que fue ‘Lento’, adapté las canciones: quité mucha letra, las hice más canción y un poco más rítmicas dentro de un ambiente un poquito más comestible. Así que es el resultado de un montón de años, pero te aseguro que esos mismos tracks han sido dos veces más largos, han estado en formato para baile y en todo tipo de estilos.

¿Y cómo es que solo ha habido un single de adelanto?

Porque querían ir sacándolo single a single y yo me he negado, básicamente. No quería ir sacando cápsulas. Al sacar ‘Lento’ ya dije que lo siguiente era, por lo menos, sacar media hora de música; que no quería sacar de tres en tres minutos.

Porque yo me adapto a 2020 hasta cierto punto: hay cosas por las que no quiero pasar. Para mí lo importante es lo que estoy diciendo, llegar al sonido al que quiero llegar, y todo el ímpetu lo tenemos que poner en llegar a esa luz que queremos; y luego pasar el corazón al directo.

Tu apuesta es por el disco, no por los singles, ¿no?

Tal cual.

Acualizando el lenguaje musical

Pero en el lenguaje musical sí que te has adaptado a lo contemporáneo. Sobre todo en las bases.

Claro, ¡son trap! Mezcladas con hiphop y con una visión de lo latino que tiene que ver más con el tumbau.

Además es el lenguaje actual porque a mí lo que me gusta es buscar y bichear hasta que lo encuentro con el productor con el que esté trabajando, en este caso Josh Tampico. Para mí adaptarme al tiempo es lo importante.

Es el reto, ¿no?

Entender el beat para mí es muy importante. Otra cosa es el negocio. El business lo entiendo pero la música para mí sigue siendo un lujo que me permito, básicamente (risas).

Entonces El Guincho solo ha producido ‘Lento’, el disco entero lo ha producido Josh Tampico, ¿no?

Eso es. El Guincho solo ha producido ‘Lento’, y nos quedamos a medias con otros tracks. Él estaba girando a muerte: le pilló con toda la explosión de Rosalía.

Yo entonces ya estaba con un montón de productores y finalmente acabé con el que me ha ayudado a llevar esto a buen puerto, que es Josh Tampico.

Era un ingeniero importante de Red Hot Chili Peppers pero que no estaba produciendo a mucha gente. Es una persona que habla poco pero me desenvuelvo muy bien con él en el estudio y nos entendemos.

¿La puesta en escena cómo va a ser?

De momento la puesta en escena seremos él, yo y luces. Después vendrá todo lo demás: estamos haciendo un montón de armonías para el directo. No tendrá nada que ver con el disco, lo plantearemos como si fuera una sesión, sin interrupciones y con beats adaptados.

Pretendo hacer una cosa así como un poco mántrica, como siempre, con un montón de letra, música detrás y momentos donde igual entra a gente a bailar (no yo).

También estamos adaptando unas visuales muy sincronizadas que irán modificándose y que acabarán siendo la creme de la creme. Ahí es donde queremos invertir mucho tiempo. Y después iremos metiendo músicos puntuales.

¿La idea es ir evolucionando el mismo directo?

Sí, porque además tengo un montón de canciones en el tintero que no he sacado. ¿Ves? Ahora, si queremos, sí podemos sacarlas de single en single, pero lo que no quería era ir sacando este disco tema a tema, que comercialmente supuestamente es lo que hay que hacer ahora.

Hay que luchar contra ello, ¿no? No hay que rendirse…

Creo que tiene más que ver con las necesidades de cada uno. Y si tus necesidades son las del mercado, pues olé, ¡adelante! Nada que objetar. Las mías no lo son.

Yo estoy todo el día con las necesidades del mercado interpretando, y la música no la puedo supeditar también a eso. Porque entonces me quedo sin nada (risas). ¡Aquí mando yo, tío!

Esta es mi mandanga y me la guiso y me la como como me apetezca, y por eso voy con Ártica y con Mushroom Pillow, porque me lo permiten. Y con Sony Editorial, pero porque hemos llegado a una acuerdo en donde lo que digo pesa, ¿sabes? Me lo discuten pero me ayudan a llevarlo a buen puerto. Y me apoyan, al final.

¿Habías trabajado ya con Mushroom Pillow a nivel editorial?

Bueno, ya estaba girando con ellos. Hace años que nos vamos conociendo, hasta que al final he firmado. Es la gente con la que he conseguido conectar y entenderme en este país.

Te habrán dado bastante libertad, ¿no?

Sí. Eso, y que es gente que defiende lo suyo frente a los demás: o sea, “esto es lo que hago y esto es lo que hay”. Hay algo en la actitud, que tiene que ver con lo punki, que me gusta un poco.

Pero aunque parezca que no, les apetece que se venda, cosa que a mí también, pero no pese a todo. No a costa de todo.

Bueno, todos querréis que se venda, obviamente, ¿no?

A mí me la suda, sinceramente. Sí, totalmente.

Bueno, más que se venda, que se escuche…

Si uno de los lados creativos me está dando como para mantenerme en la vida, quiero que el otro, en este caso la música, me siga perteneciendo a mí. Es donde me permito estar a mi bola.

Mi objetivo y mi ambición en la música es eso. De lo contrario, y no quiero decir que lo habría petado más, me habría dirigido de otra forma. Desde el principio: habría hecho bolos cuando tenía que hacerlos, habría hecho un montón de cosas que no he hecho. Porque con la música me he permitido ir a mi ritmo, pese a que no fuera económicamente lo más razonable.

Y a pesar de todo has trabajado un montón en música…

¡Sí, no he parado! Y he vivido de la música durante seis años que no hacía interpretación. Son muchos álbumes ya. No es una cosa puntual: hago bandas sonoras, sonorizo para otros. Para que te hagas una idea: he estado nominada tres veces al Goya por interpretación, y dos por música.

O sea, la música forma parte de mi vida: mitad y mitad. En los últimos años, como me he visto envuelta en dos series muy exitosas, he tenido menos tiempo para sacar los discos. Pero eso también me ha permitido llegar a una concreción que me parece que está bien.

Este es el disco que más tiempo has tardado en sacar, ¿verdad?

Sí, pero porque no tenía tiempo de rematarlo. Yo creo que lo habría podido sacar de tres formas diferentes, porque lo tengo hecho de varias maneras: acústico, con instrumentos casi jazzy, aunque parezca mentira, y lo tengo hecho con más letra en techno.

Las letras casan muy bien con las bases. Me gusta la combinación.

A mí también, nos lo hemos currado. Ha sido una comedura de tarro llegar a esa sencillez, la verdad, no ha sido nada fácil. Me ha costado (risas). Y Josh ha sido fundamental porque ahora está muy de moda lo del top liner, dónde tiene que ir el hook, dónde no, dónde tiene que ir el pre-hook…

Las nuevas generaciones tienen todo súper predeterminado porque ya se sabe cómo funciona y qué es lo catch, cuál es el idioma actual, dónde tienes que meterla y dónde no; ¡y dentro de esa adaptación tienes que encontrarte a ti, claro! Por lo menos en mi caso, que es lo que me interesa.

Porque si no parecería impostado, ¿no?

No solo eso, sino que carecería de interés. Porque entonces, ¿cuál es tu aportación? Mi aportación es mi edad (risas). Mi aportación es que ya he pasado por todo esto.

Lo que pasa es que, por mi parte, no hay un desprecio hacia lo que sucede. Yo siempre voy a favor, remo a favor de lo que sucede. Soy progresista. En realidad creo que el momento en el que estoy viviendo es el importante. No creo que el pasado lo sea más.

Por tanto, a nivel de búsqueda de sonido, me interesa hacer ese ejercicio musical para entrar en el código. Y luego con la métrica de las letras, lo mismo: me he preocupado de conocer a los actuales, y también conozco a los clásicos, a los que hacen rap de toda la vida.

Les pasé las letras y las filtraron. Los de antes eran como mucho más permisivos, y los de ahora están mucho más en “buah, si a esto le pusieras esto además, lo petaría el triple”.

Donde más trabajo veo es en el esfuerzo por adaptar la métrica y las letras a este ritmo nuevo que es muy identificable.

En las letras me he permitido hacer los chascarrillos que hago habitualmente, porque yo sí tengo una jerga bastante actual. Siempre hago un montón de cosas en el micro que luego quito en los tracks, y por primera vez no he quitado todo. Es lo bueno del divertimento de cómo se enfrenta la gente de ahora al micrófono: con mucha menos solemnidad.

Hay algo de divertimento donde se permiten la bobada y eso se coge y se pone a todo volumen, y de repente es lo que realmente atrapa del track. Entonces esa parte lúdica del momento actual me interesa un poquito.

No me interesaba mucho meterme en eso porque yo tenía mis mandangas que decir, ¿no? Y eso cualquiera lo entiende, uno de antes, uno de ahora. Cuando no es impostado y estás en lo tuyo, pues estás en lo tuyo pero adaptándote.

Pero sí es verdad que en la forma de enfrentarse al micro de ahora hay cosas muy rescatables: esa forma lúdica de enfrentarse a él, hay que ponerse y hacerlo. Para mover el culo encima de un escenario, pues hay que saber hacerlo.

Acerca de la nueva temporada de Vis a Vis

¿Puedes adelantarnos algo de Vis a vis: el Oasis? Sabemos que se estrena el próximo lunes, día 20 de abril.

Pues lo que te puedo adelantar es que el rodaje casi acaba con mi vida, la verdad. El oasis casi acaba conmigo. Zulema casi acaba conmigo (risas). Ha sido tremebundo, físicamente ha sido demoledor, la verdad. Agotador.

 

¿Cómo ha sido el rodaje?

Bueno, hemos vivido el mainstream. Cómo un personaje ha llegado a ser como un hit. Lo ha petao el personaje. Y me alegro mucho sobre todo porque no me olvido desde dónde y en qué momento empecé a hacer ese personaje, cómo estaba mi cuenta bancaria, y cómo decido hacer ese personaje, en qué situación, de la mano de quién…

Estoy terriblemente agradecida y sin perder la perspectiva de lo que me ha costado y lo que me movió a hacerlo. Y lo que te puedo avanzar es que van a tope. Espero que no decepcione. ¡Esto es como Juego de Tronos!

Ya, la gente critica porque tiene miedo a perder series…

Pero hacen bien, porque esto es casi a demanda. Estamos como en un restaurante.

No sé si debería ser así, pero bueno…

¡Por eso te digo lo de la música…! Hay sitios donde cada uno ve donde tiene que guardar un poco y no sacar el pie.

najwa.es

Entrevista: Pablo Luna Chao
Foto: Virgili Jubero

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