El genio alemán Robert Henke (Aka Monolake) tiene la pasmosa habilidad de cautivar a las máquinas. Las estudia hasta que las comprende, y entonces cuando se convierte en todo un explorador dentro de la música electrónica y el arte visual.

En su afán el darnos a conocer la tecnología, incluso las matemáticas y la ciencia, a través de múltiples variantes artísticas. Ahí reside el gran secreto de su éxito. Y es, encima, un gran comunicador. Durante un par de días Robert Henke aparcó a un lado el escribir códigos, ensamblar cacharros, construir algoritmos, conferenciar… Lo tuvimos en Gijón actuando en el L.E.V. 2023, así que aprovechamos para hablan con el icónico compositor y artista.

Robert Henke: «la ciencia y la ingeniería solo pueden tener éxito cuando hay mucha creatividad y el arte»

Robert Henke, ingeniero, artista, programador, un tipo innovador… un ‘verdadero hombre renacentista de la era digital’. ¿Qué opinas de esa afirmación?

Cometimos un gran error en el sector educativo una vez que comenzamos a dividir el arte y la ciencia, y le dijimos a la gente que solo pueden ser buenos en una de ellas. Me tomó casi cuarenta años superar esto y ver lo que es obvio. La ciencia y la ingeniería solo pueden tener éxito cuando hay mucha creatividad y el arte se basa en la física, en las matemáticas, en la química, etc. Tan solo estoy haciendo lo que generaciones de mentes creativas han estado procurando realizar también desde siempre: aprender y construir las herramientas que necesito para mi expresión artística.

¿Cuánto de divertida, entretenida, complicada, vertiginosa… puede resultar la capacidad de cruzar múltiples terrenos en uno solo sin volverse loco (quizás un poco) en el intento?

Incluso las preguntas más complejas se pueden desarmar hasta que sean solo un convenio de entidades mucho más simples. A menudo se trata de profundizar en un detalle muy específico, y la habilidad más importante es lograr reducir las cosas. ¿Cuán sencillo puede llegar a ser algo sin dejar de resultar interesante? Y a menudo la respuesta es: ¡pues busca la simplicidad! Sin duda alguna, eso es lo más difícil de hacer. La complejidad y la abundancia van cogidas de la mano y resultan muy asequibles hoy en día con los ordenadores.

«Necesito más de una máquina para el sonido si quiero complejidad»

¿Has renunciado alguna vez a un nuevo proyecto o desafío? ¿Consideras que poder resolver problemas es un desafío en sí mismo?

Muchas de las ideas nuevas de proyectos se descartan incluso mucho antes de que se hayan convertido en algo realmente sustancial. Siempre escribo todas mis ideas en un cuadernillo, y cuando viajo, o no tengo ninguna cosa mejor que hacer, las voy revisando, ajustando y afinando muy a menudo. Y en algún momento termino por darles resolución: o decido llevarlas a cabo o directamente me doy por vencido y quedan descartadas para siempre. Cuando decido afrontar las ideas elegidas, por norma general, estas suelen siempre llegar a su fin.

¿Cómo encaraste la creación de un espectáculo audiovisual como CBM 8032 AV y qué papel juega la tecnología de principios de los 80 (para ser exactos, cinco CBM en el escenario) en este proceso creativo? ¿Estabas ya familiarizado con estos dispositivos?

Empecé el proyecto a principios de 2016, explorando todo lo que podía lograr hacer con una de estas computadoras. Durante este tiempo aprendí que necesito más de una máquina para el sonido si quiero complejidad y que, además, debe haber un secuenciador para controlar las máquinas de sonido y una computadora dedicada al vídeo. Eso dejó bastante claro que cinco es un buen número. Es más, lo cierto es que conocía estos cacharros desde secundaria, aprendí a programar en BASIC en ellos. Pero para este proyecto tuve que aprender a ensamblar, que es una forma de desarrollar completamente el pensamiento.

Robert Henke: «Recordaré durante mucho tiempo mi actuación en el festival L.E.V. 2023»

Fue bastante memorable tu actuación en el L.E.V. ¡Un cabeza de cartel a la altura! ¿Qué tal te sentiste? Igual que todo el público (de pie) lo pensó, ¿salió todo a pedir de boca según tú?

Lo que el público no supo es que tuvimos un problema morrocotudo con una de las computadoras durante la configuración, concretamente con un gran ‘capacitor’ que suma ya a sus espaldas 43 años. La fuente de alimentación falló de repente. Lo que nos salvó fue el hecho de que alguien en la universidad encontró la pieza de repuesto adecuada. Me alegro de que de alguna manera lográramos que todo volviera a funcionar. Estoy seguro de que lo recordaré durante mucho tiempo. Y, por supuesto, estoy muy feliz de que al público le haya gustado tanto la actuación. Para mí, CBM 8032 AV es uno de mis mayores logros artísticos.

Todos los asistentes en el Teatro de la LABoral en la edición de este año del festival L.E.V. tuvimos la enorme suerte de conocer de tu propia voz cómo ibas a manipular todas estas unidades, incluso nos sugeriste buscar y explorar un libro con el que podíamos intentar hacer lo mismo… ¿Eres tan amable de explicárselo a nuestros lectores?

La belleza de estas máquinas recae en el hecho de que el microprocesador es muy simple pero también muy elegante. Es bastante fácil de aprender y comprender, y todo lo que se necesita saber cabe en un solo libro, Programación del 6502 (1978), escrito por Rodnay Zaks. Ha sido traducido a muchos idiomas y es ‘la’ referencia.

«Si existe una sola persona del público que después de verme decide convertirse en artista o explorar computadoras habré logrado mi cometido»

¿Es cierto entonces que comenzaste con este proyecto en 2016? Me sorprendió al verlo en la pantalla, al final. La ausencia de presiones o restricciones de terceras personas o entidades para desarrollar tus ideas… Ayuda todo, ¿verdad?

Cuando comienzo cualquier proyecto, solo tengo una vaga idea de cómo o dónde acabará. Pero después de explorar diferentes opciones durante unos meses, me quedó bastante claro en qué debía convertirse todo esto. Y luego trabajé para lograr ese objetivo. También tuve la suerte de encontrar a las personas adecuadas para que se unieran a mí en este viaje y lo hicieran realidad, como Anna Tskhovrebov, Ralf Suckow, Sebastian Wolf, Alma Steinfeld o Mihaly Podobni.

¿Has presentado ya en otras ciudades tu espectáculo CBM 8032 AV? ¿Eres de los que les parece interesante mantener conversaciones antes o después con los organizadores de un evento, otros artistas e incluso algún curioso del público?

A los pocos días de actuar en L.E.V. noté mucha actividad en las redes sociales y estoy feliz por esto. Pero lo que realmente pienso es lo siguiente: si existe una sola persona del público que después de verme decide convertirse en artista o explorar computadoras o sacar algo que le cambie un poco la vida, habré logrado mi cometido. Eso significa muchísimo para mí.

«Los buenos maestros marcan la diferencia. Si quieres una sociedad mejor, invierte en educación»

¿Sabías que The Cybernetic Orchestra usa igualmente computadoras antiguas, incluidas Commodore 64 y Atari ST, para crear sus increíbles presentaciones audiovisuales? ¿Los conoces? ¿Y a Cory Arcangel o Paul Slocum?

No, todavía no he tenido la oportunidad de conocer sus trabajos. Para mí no se trata tanto de vintage. Se trata de usar una máquina específica y explorarla tanto como sea posible durante varios años. No voy a hacer otro proyecto con un Apple II o IBM PC en el futuro. Quizás con un Cray-X-MP. Eso podría ser un desafío de los gordos [risas].

Otra cosa que realmente admiro de ti es que escribes y disertas sobre sonido y computación en centros académicos e institutos. ¿Un profesor de física en la escuela secundaria fue una de las primeras personas que no solo te enseñó sobre la belleza de la tecnología, sino que también te animó a explorar en el arte? Supongo que también para saber cómo conectar y enseñar a las personas.

Sin el señor Ruhmann probablemente no haría lo que hago. Me enseñó mucho y me abrió los ojos a la belleza en múltiples formas. Los buenos maestros marcan la diferencia. Si quieres una sociedad mejor, invierte en educación.

«El arte no es una carrera y, además, es subjetivo. Tú eres el único que puede juzgarlo»

En este sentido, ¿qué consejo le darías a algún aspirante a músico o artista interesado en explorar con sonidos electrónicos y arte multimedia?

No es necesario que te líes a comprar mucho material. Lo que se necesita realmente es aprender a dominar algunas cosas. Unas pocas cosas. Necesitas igualmente mostrar tu trabajo a buenos amigos y cuando estos viertan su parecer y te lo critiquen, tómatelo en serio, pero no dejes de hacer lo que realmente creas que quieres hacer. El arte no es una carrera y, además, es subjetivo. Tú eres el único que puede juzgarlo.

¿Las neuronas creativas de Robert Henke ya están tramando algún otro nuevo concepto para un futuro próximo?

¡Siempre están trabajando! Aunque no te diré de qué se trata.

No quiero abandonar esta conversación sin preguntarte acerca de Monodeck, el controlador MIDI que has creado. ¡Una solución flexible y maravillosa para que muchos creadores la puedan disfrutar! ¿Cuánto tiempo te llevó hacer el primer modelo? ¿Habrá una versión III o similar en el futuro?

El primero fue un montaje rápido con algunos dispositivos electrónicos de Doepfer y botones que encontré cuando estaba de gira por Japón. Se hizo literalmente en unos pocos días. El segundo, por el contrario, tomó casi seis meses y necesité además bastante ayuda de Ralf Suckow, quien ahora es responsable de gran parte del desarrollo de hardware en Ableton. No creo que haga un Monodeck III. Ahora mismo prefiero usar cosas que puedo ir a comprar en cualquier tienda, especialmente cuando estoy de gira, por ejemplo controladores MIDI muy básicos que ya están producidos en masa y tiran bastante bien.

Con permiso de su admirado profesor, Herr Ruhmann, me ha dado la sensación de estar ante un erudito de la ciencia musical que en vez de andarse con rodeos o tirar de lo complejo para hacerse el interesante, posee un lado humano tan singular como cortés y transparente. Una mente lúcida que desde hace décadas es capaz de estimular y apasionar desde la campechanía. Y es que me agarró con fuerza a esta frase suya: “Los buenos maestros marcan la diferencia”.

Robert Henke

Web de Robert Henke.

Texto: Bruno Garca
Fotografía: Jakub Dolezal

 

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