El Hombre Invisible

Más que una nueva actualización de cualquier dispositivo móvil, es un teletransportador y una pócima para volverme “El hombre invisible” lo que realmente estoy esperando con ansia. Esto segundo, es desde luego todo un clásico de la humanidad.

Sobre todo desde que H. G. Wells esgrimiese esta voluntad de científico loco en su obra escrita “El hombre invisible” (1897). Trama repetida una y otra vez en todo tipo de formatos. Incluido, por supuesto, docenas de veces y desde 1933 en el cine.

 

 

El Hombre Invisible trata el mito del terror clásico ajustado a nuestros tiempos

Pero jamás como en la nueva perspectiva llevada a cabo este año por Leigh Whannell (“Upgrade”, “Insidious 3” y del que ya se sabe tiene el encargo de reeditar un peliculón de la ciencia-ficción y los crímenes salvajes como “Escape from New York”).

Él se lo ha cocinado todo esta vez detrás de la cámara. Y el escritorio. Ya que también la escribe. Se parte los cuernos, dirige y como decía guioniza una adaptación de lo más tormentosa.

escena película El Hombre Invisible

Leigh le da una auténtica vuelta de tuerca al relato original, borrando cualquier pellizco cómico, e incluso dándonos una buena campanada moral. Por las desdichas que supone, desgraciadamente actual.

Qué peligrosas pueden llegar a ser las relaciones en pareja controladoras y tóxicas. Sobre todo si la villanía de un narcisista-sociópata y la ciencia-ficción campan de por medio. Perturbador.

Ella, se crece

Es ahora cuando nos postramos ante una interpretación magnífica de una actriz abonada al sufrimiento: Elisabeth Moss (“El cuento de la criada”, “Inocencia interrumpida”, “The Bleeder”, “Queen of Earth”). Suya es la pantalla, suyas son las dudas y el declive emocional en las dos horas que dura la película.

Reforzada por un guión que roza lo redondo y una gran maña del equipo técnico desarrollando efectos especiales austeros. Enfermizamente reales o fantasmales. Sin olvidar esa atmósfera de desarrollos pausados y los encuadres “solitarios”.

Seremos muchísimos los que empatizaremos con ella y su tortura. O estoicismo, según como lo entendamos. Porque Cecilia Kass –así se llama en el filme- aunque machacada a nivel mental y físico, de brazos cruzados no se quedará eternamente.

Pocas veces veremos a una actriz pasar de ese modo a perderse en el limbo de la enajenación para luego luchar con uñas, dientes y todo lo que hubiese de por medio.

Todo esto contra un “ente” malvado familiar e intangible. Vale, si no fuese por el maltrato físico real que también existe. Se sobrepasa de hecho.

escena de Elisabeth Moss en El Hombre Invisible

De un primer tramo bastante inquietante a un desenlace súbito

Mejor ahí lo dejo, pues no quiero desvelar algún sorprendente giro en el tramo final para los que aún no la vieron.

Personalmente me vino a la cabeza en más de una ocasión aquella otra cinta acongojante titulada “El Ente” (Sidney J. Furie, 1982), donde Barbara Hershey también sufrió lo indecible. Metafórica y dando un importante recado social.

En esta ocasión, como se trata también de cine comercial, el relato además de dosis de suspense ascético, pero penetrante, también se tiene en cuenta no dejar aplatanado al espectador.

«El hombre invisible» muestra opresión psicológica y horror popular contemporáneo de notable nivel que bien se podría quedar en la pantalla grande y cicatrizar ahí. Para siempre. Los monstruos que no respetan a sus semejantes no merecen existir en un entorno real.

Director: Leigh Whannell
Reparto: Elisabeth Moss, Oliver Jackson-Cohen, Harriet Dyer
Género: Suspense, Ciencia Ficción, Terror
Fecha de estreno: marzo, 2020 (aún en cines)

www.universalpictures.es

El Hombre Invisible cartel

Texto: Bruno Garca

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