Los estudiantes de diseño en nuestro país gozan de una excelente salud creativa, mucha audacia y una gran capacidad de experimentación. Las escuelas de diseño son las encargadas de fomentar esta excelencia y centros como el IED Barcelona cuentan ya entre sus alumnos con varios laureados en la categoría de estudiantes de los Premios ADG Laus, dando muestra del potencial de las nuevas generaciones de diseñadores y creativos. Hablamos con Daniel Ayuso, director creativo y presidente de la ADG de Barcelona, de la situación del diseño en España, del papel que desempeña en la sociedad actual y de las nuevas generaciones.

Desde que comenzaste tu trayectoria profesional como diseñador en los años ochenta hasta la actualidad, ¿cómo ha evolucionado el campo del diseño en España? Hemos pasado de un panorama muy individualizado de diseñadores/autores a un escenario mucho más plural y heterodoxo donde nos centramos en procesos más profesionalizados. A nivel de creatividad, en cambio, la globalización ha transformado el panorama en un territorio más homogéneo. Se echa un poco en falta la cultura del diseño y una cierta singularidad en las propuestas.

En tu faceta de jurado en premios internacionales verás una amplia diversidad de propuestas que estarán influenciadas por el origen de los diseñadores. ¿Se aprecian estas diferencias culturales en los trabajos o existen conceptos globales y homogéneos que se aplican sistemáticamente en el mundo del diseño actual? Hay territorios con sello propio y que marcan caminos muy interesantes, como es el caso de Holanda, dentro del panorama europeo. Los conceptos que manejamos pueden ser más homogéneos, pero las soluciones y formalizaciones pueden y deben ser diversas.

¿Son las empresas españolas más conscientes de la importancia de la identidad corporativa? Absolutamente, pero creo que, salvo honrosas excepciones, aún desconocen parcialmente el potencial posterior que tiene un buen trabajo de este tipo de cara a posicionarse.

Como director creativo desarrollas proyectos para empresas con actividad en sectores muy diferentes. ¿Qué es lo que buscan vuestros clientes cuando acuden a Clase BCN? Creo que lo que intentamos conseguir desde Clase es hacer un trabajo con conceptos muy sólidos, riguroso, innovador y singular en las formas. ¿En qué consiste exactamente la labor de un director creativo? Nuestro trabajo se centra en comprender muy bien la problemática del cliente y encontrar soluciones que además de cumplir el brief sepan cuestionarlo y lo amplíen. No perder de vista los objetivos, tener siempre en la cabeza lo que los anglosajones denominan como The Big Picture, la visión amplia.

¿Qué tipo de formación se necesita para llegar a ser director creativo? ¿Y alguna cualidad innata necesaria? Se puede llegar desde distintos puntos: diseño gráfico, comunicación, publicidad o cualquier campo cercano a la creatividad. Pero hay que acabar conociendo a fondo los procesos necesarios para llevar a cabo los objetivos. En cuanto a cualidad innata, creo que sería la curiosidad y el interés por la cultura en general.

¿Trabajar como docente alimenta la creatividad como profesional del diseño? Por supuesto. La enseñanza te cuestiona cada día lo que crees como verdades casi absolutas o tus inercias, y hay que estar atento a las nuevas generaciones. El diálogo con un buen alumno es muy enriquecedor.

La Asociación de Directores de Arte y Diseñadores Gráficos (ADG) de Barcelona tiene como objetivo “extender apasionadamente la cultura del diseño gráfico y la comunicación visual”. ¿Qué tipo de acciones y proyectos desarrolláis para conseguir ese objetivo? ¿Cómo responde la sociedad actual? Más allá de los premios ADG Laus, actualmente los más importantes del panorama nacional, promovemos charlas que intentan ampliar conocimientos, abrir líneas de debate, poner en contacto a distintos profesionales y dar visibilidad a los estudiantes. Estamos arrancando también un proyecto de diseño para el bien social con Raquel Pelta, miembro de la junta de ADG.

Los premios ADG Laus forman parte del esfuerzo que la ADG-FAD realiza para promover el diseño y su importancia cultural y económica en nuestra sociedad, reconociendo la excelencia de profesionales y estudiantes. ¿Qué proyecto premiado de las categorías profesionales destacarías de esta última edición? Me conmovió una pieza pequeña de Bendita Gloria, un catálogo de piezas de ropa interior para mujeres que no han querido reconstruirse el pecho tras una mastectomía. Es una demostración palpable de cómo con una gran sensibilidad y pocos recursos se puede realizar un gran trabajo de comunicación y dirección de arte. Y, evidentemente, el Grand Laus de este año: el spot del festival Temporada Alta, de Nanouk Films. Una lección de cine que incluso ya ha sido plagiada…

¿Cómo son el nivel y la calidad de la participación en la categoría de estudiantes? Bastante impresionante últimamente. Es una categoría que está creciendo exponencialmente y de la que nos sentimos particularmente orgullosos.

Entre los trabajos premiados en ella encontramos varios proyectos sociales y de concienciación muy interesantes e impactantes, como la propuesta Female Genital Mutilation, del equipo compuesto por Adra Kandil, Ann Hudayarova e Isabella Rood; Sintesis, de Kateryna Lazareva, o What the Durk?!, de Sara Ozvaldic, todos ellos estudiantes del IED Barcelona. ¿Es el diseño gráfico una herramienta efectiva a la hora de concienciar sobre problemáticas sociales? Es un medio más y, por supuesto, no puede ni debe permanecer inmune a las problemáticas sociales. El trabajo Female Genital Mutilation en particular es una prueba palpable de la inquietud de los jóvenes respecto a estas temáticas y su realización y conceptualización es impecable.

Parece que los estudiantes son los que más tienden a realizar proyectos de tipo social y cultural, tal vez por ese pensamiento romántico de juventud que nos remueve las ganas de cambiar las cosas, de marcar una diferencia a través de nuestro trabajo. ¿Se presentan muchos de este tipo a los premios ADG Laus? Por suerte esto es así… De hecho, es lo que se espera de los jóvenes: una nueva actitud respecto a los temas sensibles y la capacidad de experimentación alrededor de ellos.

¿Sigues teniendo esas ganas intactas después de tantos años en la profesión? Lo intento. Me encanta trabajar con gente joven porque me da mucha energía y en el estudio hemos colaborado con bastantes iniciativas sociales como La Cooperativa l’Olivera, Apropa Cultura o la Fundació per la Esclerosi Múltiple.

Aparte del reconocimiento internacional, ¿qué puede esperar un estudiante tras ganar un premio ADG Laus? Un impulso para entender que, a largo plazo, el trabajo bien hecho reporta tanto satisfacción profesional como personal.

 


Premio Grand LAUS. The Pleasure Island, de Nanouk Films.

 


Premio LAUS Plata. Female Genital Mutilation, de Adra Kandil, Ann Hudayarova e Isabella Rood, estudiantes de IED Barcelona.

 


Premio Laus Aporta-Fundación Banco Sabadell. Thinking Out Loud de Bendita Gloria.

 


Premio Young Talent. Journal, de Josep Muñoz.

 


What the Durk?!, de Sara Ozvaldic, estudiante de IED Barcelona.

 


Sintesis, de Kateryna Lazareva, estudiante de IED Barcelona.

 

www.adg-fad.org

www.laus.cat

Entrevista: Rosario Muñoz

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