Los productores italianos Marcello Giordiano y Alessandro Parlatore comenzaron como pequeños artesanos en el arte de pinchar, fabricando edits para sus sesiones a partir de viejos temas de italo disco y boogie. Pero pronto se dieron cuenta de que podían utilizar todo ese bagaje para fabricar sus propias composiciones, pequeñas sinfonías de inspiración cósmica y desarrollo mecánico, que parecen flotar un par de metros por encima de la pista de baile. Y ahí siguen, cuatro años y media docena de maxis más tarde: volando cada vez más alto. Marvin & Guy estarán actuando en Brunch in The Park Madrid el próximo 25 de junio, y en DGTL Barcelona el 12 de agosto.

 

Provenís de la ciudad de Parma, que no es precisamente una gran capital dentro del circuito electrónico. ¿Cómo os influyó el hecho de desarrollaros como DJs en este entorno? Parma es una ciudad estupenda, uno de los sitios en los que mejor se come de toda Italia: seguro que ya sabes que tenemos productos de fama mundial, como el queso parmesano o el jamón de Parma. En lo relativo a la música electrónica, en cambio, la ciudad ha sido un páramo durante los últimos quince años, y eso que en la década de los noventa era un lugar muy divertido, con un montón de fiestas ilegales. Vivir allí no ha supuesto una influencia en ningún sentido, nuestro estilo debe venir de algún otro sitio.

Antes de Marvin & Guy, Marcello ya había desarrollado una carrera propia, enfocada a la producción de edits de música disco. ¿Te sientes de algún modo heredero de la larga tradición alrededor del género que ha existido en Italia desde los setenta? Comencé a coleccionar música disco en 1995, trasteando por las ferias del disco en el norte de Italia (ten en cuenta que entonces no existían ni Discogs ni eBay). En aquella época solía pinchar house, así que buscaba cosas de funk y de disco neoyorquino que pudiera samplear para mis propias producciones. Al italo disco no llegué hasta el año 2000, cuando cayeron en mis manos una mixtape de Daniel Wang y otra de Metro Area que explotaban el género. Hasta entonces no le había prestado atención porque la mayoría de mis dealers consideraban que todo aquello era una mierda, que lo interesante de verdad era el material producido en Estados Unidos. Por suerte para mí, tuve esa revelación mucho antes de que el italo disco se convirtiera en una moda, así que pude comprar un montón de discos raros por muy poco dinero. Por último, en 2008, coincidiendo con la época dorada de los blogs de música, comencé mi propia aventura: Italo Deviance. Mi intención era dar a conocer a los artistas y discos que más me interesaban, y viendo el éxito que ha tenido, creo que es en parte responsable de que la la religión del italo disco se haya expandido por el mundo.

¿Por qué decidisteis colaborar juntos? Nos conocimos hace siete años, aunque ya habíamos escuchado hablar el uno del otro. Éramos los dos únicos tipos en toda Parma que estaban pinchando disco, boogie y soul, y decidimos unir fuerzas para hacer unas fiestas privadas que resultaron ser muy populares. En 2012 ya estábamos pinchando juntos todo el tiempo, así que el siguiente paso fue montar un proyecto musical, que al principio estaba enfocado a la producción de edits.

¿Podéis hablar más de esas fiestas? Tengo entendido que se convirtieron en legendarias. Se llamaban Apartment, y empezaron a funcionar en 2011. Las celebrábamos en un espacio situado encima de un bar del centro de Parma, que en realidad se trataba de un auténtico apartamento, con su entrada propia. La fiesta era para cien personas, gratuita pero con lista de invitados, y la admisión se cerraba a las once de la noche. Esa idea tan loca se nos ocurrió para forzar al público a llegar pronto. Porque, ya sabes, los italianos tienen muchas cosas que hacer un sábado por la noche: el aperitivo, la cena, los licores después de la cena… En cuanto a la música, los dos estábamos muy metidos en el disco más clásico y el boogie, así que en general nos dedicábamos a pinchar cosas en esa onda. La fiesta tuvo muchísimo éxito, y todavía hoy la consideramos como una de las mejores cosas que hemos hecho en nuestra carrera. Tuvimos que pararla después de cuatro temporadas porque Marvin & Guy estaba empezando a funcionar muy bien como proyecto, y la fiesta nos robaba demasiado tiempo. Ten en cuenta que lo hacíamos todo: pinchar, diseñar los flyers, comunicación, decoración…

Vuestros primeros pasos como Marvin & Guy consistieron en una serie de edits para el sello Let’s Get Lost. Aunque la música disco seguía presente, también comenzaron a aparecer algunas trazas de rock y de música indie. Creo que el edit que realizasteis para el Paranoid de Black Sabbath es particularmente representativo de esto que digo. Era lo que pretendíamos. Alessandro había estado muy metido en el indie y el rock desde que era adolescente, así que pensamos que sería buena idea probar a mezclar guitarras de rock y música disco, solo por ver qué pasaba. La primera vez que utilizamos esa mezcla de conceptos fue precisamente con edit de Paranoid, que es una de las pistas de las que nos sentimos más orgullosos. En nuestra carrera hay dos o tres momentos especiales, y esta canción es uno de ellos.

Algunos de los edits que habéis grabado son realmente extravagantes. Parece que os gusta buscar canciones muy populares, incluso cosas un poco horteras, para luego darles la vuelta por completo. ¿Es una manera de introducir el elemento sorpresa dentro de vuestras sesiones. Somos una pareja con un gusto muy ecléctico para la música. Durante la época en la que nos dedicábamos a producir edits solíamos escuchar muchas cosas por puro placer, en busca de temas que pudiéramos llevar a nuestro terreno. Ten en cuenta que la mayoría de las canciones clásicas de la era disco han sido sampleadas y resampleadas decenas de veces en los últimos veinte años, así que decidimos cambiar nuestra orientación hacia lo que denominamos “indie disco panorama”.

Un poco más tarde comenzasteis a grabar vuestros propios temas. Dance Ability, uno de los primeros, ya avanza el que luego sería vuestro estilo particular: ritmos motóricos, texturas krautrock, melodías pop y desarrollos largos. Todavía le tenemos muchísimo cariño a Dance ability, porque se trata de la canción que mejor representa el mundo de Marvin & Guy, esa mezcla de elementos de la que tú hablas: un ritmo disco, un bajo de rock, guitarras poperas y algún elemento de guía inspirado en el trance. Todavía pensamos que es la mejor canción que hemos hecho: la hemos escuchado en festivales y en clubs pequeños y el efecto sobre la pista de baile es siempre estupendo.

Después llegarían vuestros EPs para Hivern y Correspondant, que refinaron todavía más esta fórmula. En este sentido me gusta particularmente Targa (Long Drive). ¿Cómo enfocáis vuestras producciones? ¿Seguís algún tipo de idea preconcebida, o es el resultado de improvisar en el estudio? No seguimos ningún tipo de estrategia; a veces tenemos alguna idea específica, desde la que construimos la canción, y otras veces tropezamos con algo durante una jam session. En el caso de Targa teníamos una melodía en la cabeza desde el principio y un arpegio estupendo, pero tuvimos que dar muchas vueltas antes de encontrar el resto de los sonidos de acompañamiento. Al final nos quedó un buen tema, aunque hay que reconocer que la voz de Sebastien Bouchet hizo la mitad del trabajo.

Vuestro último EP, Fire! Fire! (Permanent Vacation, 2017), añade a la ecuación texturas propias de las bandas sonoras (hay incluso ecos de Giallo en canciones como la titular o Mother Nature). ¿Es una especie de homenaje, o se trata de un giro premeditado? Queríamos realizar un homenaje al universo de las bandas sonoras, pero con cierto estilo y sin perder de vista la pista de baile. Por ejemplo, Theme from Fire! Fire! está inspirado en la película The Warriors, imagino que no necesito decirte por qué. Así que no consideramos que esto sea ningún tipo de evolución, sino algo que surge de manera natural porque los dos somos grandes aficionados al cine de los setenta y a sus bandas sonoras. Se trata de un rastro que puedes seguir prácticamente en todos los discos que hemos grabado.

Hablemos ahora de vuestras sesiones de DJ. ¿Utilizáis estrategias particulares cuando preparáis vuestros sets? Nunca hablamos de nuestros sets antes de tocar, son cien por cien improvisación. La cosa más divertida acerca de Marvin & Guy (te diría que también nuestra arma secreta) es que preparamos los discos de cada sesión por separado, así que algunas veces ha sucedido que escuchábamos algún tema por primera vez durante uno de nuestros sets, debido a que alguno de los dos había encontrado alguna joya nueva. Al final, nuestros sets se parecen mucho a un B2B, nos los tomamos como una especie de competición, aunque sin llegar a nombrar un ganador.

También me interesa vuestra relación con la tecnología. ¿Sois de los que viajáis con un disco duro repleto de canciones, o preferís trabajar como en la época de los vinilos, escogiendo un número limitado de canciones y ciñéndoos a ese material específico? Desde hace un año solemos utilizar pinchos USB, salvo en aquellos casos en los que nos contratan para toda la noche (es decir, más de cuatro horas seguidas), una situación en la que nos gusta llevar discos originales. Pero en general no sentimos la necesidad de decir a la gente “eh, mirad, sabemos pinchar con vinilos”. Los dos comenzamos con vinilos y Marcello ha coleccionado discos durante más de veinte años, pero cuando tienes varias fechas a la semana viajar con discos es muy pesado y supone una preocupación añadida. En cuanto a la selección, como te hemos dicho no hacemos playlists, pero sí miramos hacia la pista de baile cada vez que pinchamos, que es el auténtico trabajo de un DJ: conseguir conectar con la gente que tienes delante. Esa es la razón por la que llevamos siempre tanta música encima.

¿Y qué tipo de sesiones os gustan más como oyentes? La verdad es que no solemos escuchar demasiadas sesiones en casa: tenemos la oportunidad de compartir cabina con los mejores DJs del mundo, así que preferimos verlos en directo. Por supuesto, tenemos nuestros favoritos, nos encantan Pachanga Boys, Roman Fluegel, Jennifer Cardini, Dj Tennis, MCDE, Jeff Mills… gente real y con una personalidad fuerte; artistas que saben cómo leer una pista de baile, y que van a funcionar por igual en una fiesta para cien personas o en un festival con cinco mil.

Para terminar, ¿cuáles son vuestros planes de futuro? ¿Algún lanzamiento previsto? Hay algo de lo que estamos realmente orgullosos: un disco que aparecerá a mediados de junio en Life And Death, coincidiendo con el Sónar. Se trata de un EP con tres temas, que toca tres estilos diferentes. Y el mejor de esos temas es Train of Fantastic, una colaboración de más de doce minutos con Julienne Dessagne, que es más conocida como Fantastic Twins, o como la compañera de Sascha Funke en Saschienne. En julio aparecerá el capítulo final de la serie Equation, el número 3. Los temas vendrán nombrados mediante iniciales: P, J, GJ y ED, así que ya puedes ir adivinando quiénes son los artistas invitados. Y para terminar, vamos a publicar también una caja muy limitada (apenas 101 copias) con los tres discos de Equation para las navidades: una auténtica golosina para los coleccionistas de discos.

 

 

soundcloud.com/marvin-and-guy

Entrevista: Vidal Romero

Foto: Raffaele Grosso

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