El mayor problema de Matthew Barnes y su proyecto electrónico Forest Swords es que, sin comerlo ni beberlo, se encontró con que su segundo EP publicado en 2010 era elegido por muchas revistas como uno de los discos del aquel año (y eso que era solamente un EP, como ya hemos comentado). La culpa no es suya, por supuesto, y Dagger Paths no era un mal disco, pero tampoco era la panacea que nos vendían desde UK. Engravings, su largo para Tri Angle en 2013 era una versión alargada (y sí, pesada) de sus EPs en el que hip hop, psicodelia, R&B, dub y electrónica experimental entraban y salían de la casa sin mucho orden ni concierto. Ocho años después de su debut, este productor de Liverpool (exactamente, de la Península de The Wirral, enfrente de la costera ciudad de los Beatles), consigue encontrar una nueva voz más orgánica y, sí, más forestal con su primer trabajo para Ninja Tune: un trabajo profundo, meditado y muy cinemático que parece la banda sonora de The Wicker Man (Robin Hardy, 1973) compuesta por el DJ Shadow de “Endtroducing…..”. Una comparación nada baladí, si tenemos en cuenta que el británico y el californiano siente pasión por la psicodelia más ambiental. Aunque el disco transita entre la liturgia, la oscuridad y lo sacro, también hay momentos para la luz, convirtiéndose en el disco más, ejem, pop de un autor que ha avanzado en su estilo a pasos agigantados.

Artista: Forest Swords
Trabajo: Compassion
Label: Ninja Tune

 

www.forestswords.co.uk

Texto: Manu González

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