Syd dePalma fusiona claroscuros, tradición y vanguardia en «paris», su nuevo trabajo, donde el indie-psych en español encuentra una voz propia. El joven músico ha construido una identidad sonora que parte del post-punk, pero que se expande hacia terrenos de oscuridad, introspección y ensoñación. Su música es maleable, de texturas lisérgicas y espaciales, donde todo arde lentamente, como si cada tema respirara su propio incendio interior. En ‘paris’, su nuevo LP publicado por Raso Estudio, Syd dePalma -del que ya nos adelantó temas como «Entre cemento, Luz rota y»– recoge el testigo de su anterior trabajo ‘El Lugar de Arder’. Cercano, al mismo tiempo que astral.
Sensibilidad sonora que abraza pasado y futuro al mismo tiempo
Syd dePalma construye un lenguaje personal donde conviven el pop experimental, la psicodelia, el flamenco, el post-punk e incluso destellos de electrónica contemporánea. Combina instrumentos tradicionales con técnicas de producción modernas, lo cual es, desde luego, una declaración de intenciones más que un ejercicio estético, una manera de mirar el presente con una sensibilidad especial.
Lo ha titulado ‘paris’ para, a su modo, representar un colectivo de personalidades, de almas, cada una escribiendo historias diferentes en el disco, “lo pongo en minúscula porque al igual que gente, o colectivo etc. No quiero personalizarlo a nadie en concreto, puede tener que ver conmigo, o con quien me cruzo una noche, o quien me imagino en un sueño, etc. Casualidades que se dan en nuestras vidas que crean esas personalidades, eso es paris” no explica Syd dePalma.
Un viaje para explorar sin pausas
Como todo buen LP que se preste, este nuevo trabajo discográfico debe ser escuchado entero. Sin pausas. Las justas para respirar. Canción a canción, una tras otra, es como posee un verdadero sentido. Tal como hacemos cuando se lee un libro, o viendo religiosamente y en orden los capítulos de una serie que engancha, no debemos saltarnos ninguna de las nueve canciones que compone ‘paris’.
Hablando con el autor, Milton en las distancias cercanas, y a la pregunta de si se censura en el estudio o directamente se permite mostrarlo todo, incluso lo incómodo… “Es el lugar donde no debe haber censura ninguna, suficiente censura tenemos en la vida diaria como para autocensurarse en el estudio, debe ser un sitio con libertad total, hay que ser 100% uno mismo, al menos eso creo yo y por eso hago música para sentirme durante ese rato libre total, justamente si algo en el estudio no me hace llorar o gritar… lo paso por alto. Muy por alto.” También hay espacio para la lógica y el arte.
Ahora disfrutemos a fondo y sin escalas todo el disco. Un equilibrio entre la melancolía y la intensidad, entre lo etéreo y lo tangible.


 
            



 
   
			 
   
			 
   
			 
   
			
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