La pintoresca localidad marinera catalana volvió a teñirse de sangre y babas, cafés tardíos, sobresaltos y carreras de un público entregado en una nueva edición del Sitges Film Festival 2025. Esta vez, marcada por el humor recurrente y los regresos. Ah, y por su latente nivelazo.

Resucitaron ‘monstruos’ y mitos clásicos del marco fantástico como ‘Frankenstein’ o ‘Drácula’. Regresaron héroes bélicos que ya rozan la inmortalidad (Sisu, a la cabeza de los ‘nuevos vengadores’), y descubrimos heroínas cuyo empuje es para tenerlas siempre en tu equipo. Por ejemplo, las protagonistas de ‘Marama’, ‘Tornado’ o ‘La città proibita’.

También se rindió un bonito tributo a personalidades de carne y hueso, ilustres de altísimo octanaje que aún respiran como nosotros. Nada menos que Terry Gilliam, Joe Dante, Guillermo del Toro o Luc Besson -por citar unos pocos- mitos a quienes tuve la ocasión de tener cerca, muy cerca.

Una 58ª edición que además batió récords tanto de asistencia como de recaudación. Harto desenfadada, aún así repleta de emociones potentes, y donde la cinta que se llevó el gato al agua fue ‘La hermanastra fea’ (The Ugly Stepsister), de la directora noruega Emilie Blichfeldt.

‘La hermanastra fea’, la película ganadora de Sitges Film Festival 2025

 Una reinterpretación sangrienta (en el buen sentido, ¡estamos donde estamos!) del cuento de ‘Cenicienta’, contada de un modo distinto. Desde la perspectiva de la hermanastra, obsesionada con los estándares de belleza… y como no podía ser de otro modo, con su consecuente toque -más bien retoque- de horror corporal.

En las colas y en las juntiñas que solemos hacer los enfermos por el género y un evento como es el Sitges Film Festival 2025, corrían como la pólvora otros títulos como ‘Obsession’ de Curry Barker, ‘The Furious’ de Kenji Tanigaki o ‘Together’ de Michael Shanks, a la postre la que yo consideraba como gran favorita.

Pero no, la oscura y retorcida hermanastra ‘fea’ se alzó, esta vez sí, con el ansiado premio. Puntualizo lo de ‘fea’, la verdad es que la actriz Lea Myren tiene poco de eso, sí mucho de buena intérprete. Creo que con este filme se estrenó en la gran pantalla. Si nadie me lo rebate, ahí queda dicho.

Del horror gótico colonial a las coreografías de artes marciales

Aunque me dejé llevar por varias propuestas, al final de esta edición 2025 y tras pensarlo poco (no hacía falta), estos títulos se ganaron todo mi respeto y cariño: ‘Marama’ de Taratoa Stappard, ‘Together’ de Michael Shanks y ‘La Città proibita’ (Forbidden City) de Gabriele Mainetti, quien se ha convertido en uno de mis coetáneos favoritos gracias a este nuevo trabajo, pero también por los anteriores largos ‘Freaks Out’ (2021) o ‘Lo chiamavano Jeeg Robot’ (2015).

Un poco de todo, como uno, que es por naturaleza ecléctico. ‘Marama’, una sorprendente y sobrecogedora historia que catalogamos como Horror gótico colonial. Es además la primera de una trilogía que apunta muy alto. Su máximo responsable, Taratoa Stappard, a quien no me cortaré en tachar de la nueva voz del ‘global fantástico enmarcado por la Historia y el horror’, se ha lucido. Eso que la película es oscura, con un poderoso cerco victoriano, y con la identidad maorí como interesantísimo hilo conductor.

Grande Ariāna Osborne en el papel principal, al igual que Yaxi Liu en ‘La città proibita’, y eso que realmente es una coreógrafa de artes marciales. Apuntaba su director, en la presentación del estreno, que nunca había trabajado con alguien como ella, quien sin ser actriz, le había dejado sin palabras. Rematando con un ‘no sé si decir esto será algo bueno, o no tanto’. La peli, más de dos horas de pasión por el clásico cine de acción asiático, pero en los suburbios de Roma -a ver si me vuelvo a ver ‘El furor del dragón’- con unos personajes muy convincentes. Trata de personas, extorsión, romances y bastante melodrama de por medio en un metraje que roza la perfección.

Sitges Film Festival 2025
‘La Città proibita’

De lo sobrenatural al horror psíquico

Qué decir de ‘Together’, como ya advertía, mi favorita. Me encantó saber que la dupla protagonista -Dave Franco y Alison Brie- son también pareja en la vida real. Esa química, se percibe. En esta ocasión confluyen lo íntimo (a niveles extremos), con lo sobrenatural, el horror corporal que también psíquico e incluso los cultos exóticos. Engancha y desconcierta, es extravagante y profundiza a partes iguales. Aunque el final es arriesgado, afrontando una ‘nueva normalidad’ que gracias a otro personaje te hueles, es un disfrute verla.

Cine independiente con buenas propuestas en Sitges Film Festival 2025

Los grandes presupuestos no deben serlo siempre todo. Las ideas en cambio, si. Esa es la sensación que se me queda tras ver títulos como esa especie de ‘western-samurai’ británico ‘Tornado’ de John Maclean, con una onna-bugeisha soberbia (Kôki), ‘It Ends’ ingeniosa ópera prima del jovencísimo Alex Ullom o ‘Night Patrol’ de Ryan Prows, donde se ofrece una vuelta de tuerca hacia el género barrio-chungo aka ghetto angelino, y vampiros sedientos de poder, inmortalidad y sangre. Supremacismo blanco versus poderes ancestrales del pueblo zulú. Casi nada.

Dentro de un apartado más cómico, que no podía faltar, me gustaría destacar ‘Hold the Fort’ de William Bagley, con todas las idas de olla y monstruos que puedas imaginar… y la española ‘Silencio’, vista en formato seguido de una hora -aunque en la tele será una miniserie de tres capítulos- de alguien que no para de crecer y sorprenderme: Eduardo Casanova. Risas cosa mala -ay, esa señora del banco de sangre sintética- a la vez con una refrescante escenografía y chicha para darle al cerebro. La historia arranca cuando La Peste Negra, alcanzando ese punto de inflexión que supuso el fatídico SIDA. Algo que está aún muy cercano. Estigmatización y ambientes crueles de diferentes líneas temporales bien definidas. Por cierto, María León, vaya si es buena y cañera.

No me marcho sin citar ‘Primate’, de Johannes Roberts, la cual disfruté también una barbaridad, está producida por 18hz production, pero ya la tiene agendada la Paramount. La premisa, tan sencilla como efectiva. Un chimpancé educado e inteligente pilla la rabia, entonces todo se tuerce -dentro de un chalet y entorno en principio ideal- y damos rienda suelta a una violencia implacable y sangrienta. Palomitas de color rojo intenso.

Sin miedo al miedo

Son muchas, que no demasiadas, las películas que uno se zampó durante la semana y pico que duro el Sitges Film Festival 2025. Y el riesgo no siempre tiene su recompensa. Por esta sencilla razón siempre quedan trabajos que, aunque con toda la buena intención, acaban dejando un sabor gris.

En esta ocasión me ocurrió en menor medida con ‘Her Will Be Done’ de Julia Kowalski o ‘We Bury the Dead’ de Zak Hilditch, pero sufrí como un maldito con ‘Touch Me’ de Addison Heimann, donde ni Lou Taylor Puci haciendo de pintoresco narcisista alienígena, pudo con el plomazo que sentí. ¿Metáfora del deseo y la trascendencia? No sé.

Sitges Film Festival 2025
‘Her Will Be Done’

Algo parecido con una que tenía muchas ganas de ver, ‘Balearic’ de Ion De Sosa, un director que aún con estas, pienso perseguir pues más pronto que tarde me acabará sorprendiendo para bien. La premisa, un survival horror en la previa a la noche de San Juan me interesaba, el miedo cero al riesgo de su creador también, pero… no me llegó.

Punto y aparte, también me vale. Ya tengo ganas de hincarle el colmillo a la próxima edición en 2026. Aparte de la camaradería, la creciente fiebre por el género, el éxito merecido de los organizadores y una docena de cosas más que me saltaré para no resultar eterno, me ha quedado claro que el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya no tiene miedo al miedo. Aunque la localidad ahora respira tranquila… Se intuye que todos quieren volver a gritar el año que viene. Yo, el primero.

Texto: Bruno Garca

 

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